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Guonderlan

La mujer también desciende del mono

No. No es una apología de la queja eterna contra la depilación. Es sólo un comentario: ¿ Se dieron cuenta de aquellos pelos desubicados, que se niegan a abndonar el lugar que ocupan a pesar de pasarles cera, depiladys, trac II o chicle usado?
En esos casos, lo único por hacer es recurrir a nuestra amiga la pincita de depilar.
Y a ella no la sufrimos tanto. Es más, ese masoquismo individual del pelo, nos atrae.
Y nososmos las únicas.
Presten una pincita a un ser masculino un rato, y lo encontrarán divertido quitándose los apéndices capilares de varias zonas.
Nos gusta el durazno. Y la pelusa

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