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Guonderlan

Trataré ( y sólo eso) de explicar la multiplicidad

Empieza con uno común. Bah, ninguno es común, pero usaré esa palabra para diferenciarlo de uno múltiple, que es lo que trato de explicar.
Teniendo en cuenta mi propia clasificación, uno común puede estar en alguna de las 7 u 8 categorías diferentes, pero ese es tema para otro día.
Puede quedar estancado todo el asunto en ese lugar, que es mucho más de lo que algunos seres pueden pedir. Pero la intención de esta explicación es llegar más allá.
Bué, a partir de ahí, la montaña rusa empieza a funcionar.
Olas, olitas, maremotos que van y que vienen. Pero es eso: sólo el vaivén. (¡Digo “sólo” como si fuera poco! No tengo perdón...)
Y de repente, sucede.
Un metrónomo enloquecido, que de tanto marcar el tiempo a alta velocidad, parece estático.
Un parkinson terminante.
Una inundación inevitable
Sumergirse eternamente en una pileta de agua tibia, mórbida, espesa.
Y no ahogarse ni respirar, porque una ha desarrollado cierto tipo de branquias.
Abrir los ojos mirando el sol.
Reir sin parar de llorar.
Mirar las estrellas en el campo, y dejarse llevar por el mareo que esa bóveda produce.
Millones de vueltas de calesita resumidas en una.
O sea, todas esas cosas que te pasan sólo con uno, pero reproducidas al paroxismo.
Lei capisci?

1 comentario

Anónimo -

està claro,sì Lei capisci