Talía y Melpómene ( o una forma de poder explicar estas cosas)
El enamoramiento es algo mágico.
Cuando me enamoro de vos, las luces brillan con colores claros, hay música en los rincones y los olores se disparan. Todo parece perfecto. Incluso el dolor de no ser correspondida
Enamorarme se parece a espiar el paraíso. Si a vos te pasa lo mismo, entonces viviremos un rato en él, mientras dure el idilio. Y no es para siempre, pero nos transforma. Nos atraviesa, nos duele respirar ese amor. Y las cosas y la vida parecen más nítidas.
Quererte es diferente. Te quiero cuando quiero que estés conmigo. Cuando necesito compartir mis ratos y mis risas con vos. Cuando siento que tenemos cosas para decirnos y para darnos. O silencios para estar juntos.
Te quiero cuando deseo tu vida en la mía desde el mundo físico, tangible. Desde la superficie y las primeras capas de nuestras cosas.
Pero el amor...
Amar es otra cosa.
Es la felicidad por la existencia del otro. De vos, y de todos los otros que hacen que mi vida valga tanto.
Es respirar lo bueno cada vez que sé que el otro esta ahí, vivo en el mundo. Y eso sólo hace que ese mundo sea el más maravilloso.
No importa si está a mi lado. Quizás viva en la otra punta del planeta, pero existe.
Y no duele, como en el enamoramiento. Al contrario, cura
Y brilla en la superficie y el fondo.
La verdad es que te quiero. Quiero tu vida en la mía. Pero no se puede, por las razones que sea que te inventes o sepas. Yo no entiendo, pero no me corresponde entender, sino estar alerta, por si la situación cambia.
Estar alerta y amar.
Porque sé que no estoy enamorada de vos. Porque no duele. Porque saberte en algún rincón del mundo, tan lejos o tan cerca de mi piel según nos pase, me cura, me alegra, me inspira ser más yo, y a estar atenta a los milagros cotidianos (que tantas veces dejamos pasar por estar apabullados de realidad)
Y es por eso que la lista de gente que amo es grande.
Incluso es mayor que la lista de gente que quiero.
Y ahora necesito explicar ahora porque el título es Talía y Melpómene.
Son dos de nueve hermanas muy famosas. Y creo que son mis favoritas.
Una carga flores y cintas y vestidos de colores brillantes. Baila y ríe. Es joven, vibrante y creo que pelirroja o rubia.
La otra tiene el pelo negro y largo, muy largo. Viste túnica y una daga manchada con sangre. Está rodeada de humedad y nubes grises
Andan rondando mi casa cada vez que pienso o vivo en el amor.
Las necesito a ambas, por eso no convoco sólo a la que ríe. Por eso no ahuyento a la que me hace llorar.
Me ayudan a escribir la historia.
Y ahora, acá sentadas, frente a mí, una ceba mate mientras la otra me susurra. Y se van turnando en cada acción.
A ellas también las amo
Ellas lo saben
Le dan forma de palabras o de actos al amor que tengo
Y el amor que voy sintiendo les da vida
Por eso ninguno desaparece
Ni siquiera yo.
Porque si alguno faltase, hasta yo me desvanecería
2 comentarios
Ma Lau -
Capitan de su calle -
Todo eso no te lo puede sacar nadie.
Pase lo que pase...
Te felicito por bella.