Mujer inconveniente
Sé que no es fácil.
Alejar la idea de la espera es lo más difícil, en realidad, de lograr .
Sobre todo a la hora de la incertidumbre, que viene siendo una hora larga.
Sé que no soy fácil.
Me gusta demasiado escuchar historias, me gusta dejarme contar.
Demando historias y compañerismo.
Demando compartir pasiones y a veces trabajos, o estudio, o gustos.
Y todo eso junto, también.
No puedo pensarme con alguien que viva en un mundo diferente a este, tan ecléctico.
Esa gente de vida ordenada, planificada, de traje de 9 a 5 y hobbys de instituto o club de cuota al día no son mis mejores amigos
Me gusta andar desnuda en los pasillos, en la penumbra, o al rayo del sol.
¿A quién le conviene alguien así? Sé que no es fácil
Me meto bajo techo cuando la tormenta amenza el fin de las cosas, y a veces ni eso.
Cuando el relámpago ilumina, yo estoy en primera fila.
No soy fácil
El viento en la cara, nunca pensar si estoy demasiado despeinada, el agua al cuello, la bicicleta de noche....
Escribir cartas y pasarlas por abajo de la puerta, o pegarlas en el espejo de un ascensor. O no entregarlas nunca nunca, y guardarlas en ese cajón.
Releer ese libro, una y mil veces. Reir del mismo chiste, siempre. Esperar...
Inventar
Inventar algo por inventar.
¿Quién querría una mujer que ama los zapatos de taco alto, pero no los usa casi nunca porque prefiere sentir el piso, el pasto, el suelo en los pies?
¿A qué hombre se le puede cruzar la idea de enamorarse de una mina que puede estar horas mirando el mar o un video de Les luthiers?
No convengo
Salir en auto por los caminos más alejados, rumbo al campo, a cazar fotos, casas embrujadas, imaginar quién vivió allí...
Grabo imágenes en mis retinas como si fuera una cámara. Y encima nunca olvido lo que sueño.
Inconveniencia pura
Siempre igual. No hago la cama muy seguido, pero me encanta hacer mil cosas en la cama. Podría secuestrarte, incluso...
Tengo alma de ama de casa de los 50: cocinar para otros, invitarlos a casa, atenderlos...Centro de reuniones de otros es mi casa
Una mujer así es complicado. Lo sé por que convivo conmigo todos los días.
Cada imagen, una historia.
Convendría que me haga la misteriosa, que siembre dudas sobre mí. Que esconda mi escote y mis ojos tras un velo.
Sería más útil hacerme desear, hacerme esperar, dejar pendiente a los demás de mí. No decir abiertamente el amor o el desamor.
Me convendría hacerme rogar, dar vueltas, enroscar y psicopatear un poco más.
Pero ya dije que soy inconveniente. Y ni yo me convengo
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