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Guonderlan

Perfumes y olores (robandome a mi misma)

Esto alguna vez lo publiqué en La Mansión ( si quiern saber qué es, vayan a Gente del barrio, y métanse en el enlace)
Me autorrobé esto, pero sólo porque vale la pena

Todas las casas tiene un olor particular, que las define, que nos
enseña qué cosas encierra, qué se cocina, y como viven sus
ocupantes
La Mansión huele a fresias, a tabaco dulce, a café, a naranjas y
mandarinas, a canela, a jazmines y junquillos, a sopa recién hecha,
a flores podridas en penumbra, a pasto cortado, a frío, a sudor de
fútbol, a cocimiento de cervecería (si no conocen ese olor les
sugiero que caminen por las calles de Quilmes los jueves a la tarde).
Huele también a libros viejos, a jabón limpio (hay jabones que no
huelen así), a puerto de mañana, a finales de asado, a maderitas
húmedas quemandose, a leche hirviendo, a cebolla y ajo en la cocina
y en las manos, a lluvia de verano, a madreselvas, a hombre besado
(les recomiendo que busquen ese perfume. No hay otro igual), a
velas de miel, a viento del mar, a mate de mañana, a resto de
lavandina en los dedos, a vino derramado, a laurel crujiente, a
cerveza de la noche anterior, a eucaliptus en la siesta, a sexo
apenas añejado, a humedad de teatro abandonado, y a mujer danzando.
Se recomienda entrar a la casa con la naríz destapada y espectante.
Que lo disfruten

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