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Guonderlan

Borrachera

Dos días de resaca.
Eso es lo que dura despegarse de un mundo.
No puedo asegurar que se me haya pasado, pero por lo menos ya no me duele la cabeza y el pecho. Y no tengo ganas de vomitar lo invomitable.
Ahora tengo un mareíto dulce, que se lleva a las mil maravillas con lo amarguito de la vida. Hacen una linda combinación en el fondo de mi lengua.
Ya me puedo despertar de dormir la mona y salir al sol, como una idiota.
Ya puedo bailar en la calle sin caerme de traste al piso.
Pero, como toda ola, esto va y viene, no vaya usté a creer.....

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