Antes de volver a casa
Frente a la fuente de la plaza del centro del pueblo, sentada en el monumento del señor serio y triste, me miraron asombrados las palomas y el amanecer.
Convoqué uno por uno a todos mis fantasmas, y después tomé asistencia, no vaya a ser que alguno se hubiese quedado dormido y se perdiera mi discurso de bienvenida.
Los dedos, llenos de olores de chocolate y nicotina ajena, dibujaron sus rostros en el suelo de piedritas, en el aire del domingo, en el agua podrida de la fuente, en el perfume del az(h)ar.
Los miré a los ojos, gastados de tanto mirarme en ellos, y les dije:
Gracias por construirme los sentidos y el sentido de lo que soy.
Gracias por traerme a la vida con sus fábulas y mitos sobre mí misma.
Pero antes de que nos vayamos a dormir, diganmé gracias. Si existen o existieron, es porque yo los construí.
Las risas se desplegaron como un bostezo en la mañana. Burlándose de mi se despidieron.
De a poco fueron volviéndose turbios, transparentes.
Y con los recién desperezados rayos del sol, me desvanecí.
Convoqué uno por uno a todos mis fantasmas, y después tomé asistencia, no vaya a ser que alguno se hubiese quedado dormido y se perdiera mi discurso de bienvenida.
Los dedos, llenos de olores de chocolate y nicotina ajena, dibujaron sus rostros en el suelo de piedritas, en el aire del domingo, en el agua podrida de la fuente, en el perfume del az(h)ar.
Los miré a los ojos, gastados de tanto mirarme en ellos, y les dije:
Gracias por construirme los sentidos y el sentido de lo que soy.
Gracias por traerme a la vida con sus fábulas y mitos sobre mí misma.
Pero antes de que nos vayamos a dormir, diganmé gracias. Si existen o existieron, es porque yo los construí.
Las risas se desplegaron como un bostezo en la mañana. Burlándose de mi se despidieron.
De a poco fueron volviéndose turbios, transparentes.
Y con los recién desperezados rayos del sol, me desvanecí.
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roy -
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