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Guonderlan

Fin de

Fuimos otra vez por esas calles de Villa Urquiza y así de jodida es la nostalgia.
Después, en el barrio chino, compramos sushi, unas empanaditas chinas vegetarianas y salsa de soja. Con wasabi y te verde y de jengibre, fue una explosion casi orgasmica en mi boca.
No hubo caso.
Vimos Harry Potter, Scary Movie y un poco al Diego, porque es él, y hay que verlo.
Nada.
Vuelvo a mi casa, sabiendo que me quedan 15 días antes de cobrar el primer sueldo de este trabajo fatal, con lluvia y un viento de miedo.
Y aún el vacío.
Esperaba señales de humo. Pero las nubes no dejan ver

1 comentario

ro. -

uh, no es mi preferida, pero qué ganas de comer comida china me diste!!!