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Guonderlan

La base, está

Hace días que ando con esto en la cabeza y de repente, leyendo un libro perturbador y maravilloso como es Fantasmas, de Chuck Palahniuk, encontré algo que me aclaró un poco el tema.

Igual ya lo tenía masticado por años de terapia, consumo de revistas femeninas, ver televisión, leer libros tipo “ Mujeres que corren con los lobos”, leer revistas del tiempo de ñaupa, pensar y pensar hasta que sangren las orejas sobre este envase que el universo se empecinó en darnos, hacer dieta, gimnasia, meditación, más terapia, de nuevo dieta, llorar al ritmo de las estrías, luchar con el cierre del pantalón, renunciar al jean sin darnos cuenta, olvidarse de usar tacos, cambiar las porquerías esas de colores por maquillajes buenos de verdad, teñirse el pelo, cortarse el pelo, descubrirse canas, llorar por las canas, reírse por las canas, arrancarse canas, mandar a la mierda a las canas, teñirse las canas, cortarse el pelo, enrulárselo, planchárselo, usar crema antiarrugas a los 25 años, a los 27, a los 30, a los 31, ir a la dermatóloga, al dentista, hacerse una limpieza, un arreglo, otra limpieza, escuchar como el señor odontólogo te dice que por la descalcificación tus dientes nunca estarán blancos como los de esa publicidad porque en el centro mismo del diente son amarillos, ir al oftalmólogo, hacerte anteojos, cambiarlos luego por ese par que es más lindo y está más de moda, perder los anteojos, volver a ir al oftalmólogo y volver a cambiar el marco, pintarse las uñas con calcio, con color rosita, con violeta, negro, rojo furioso, limárselas, cortárselas, comerse las uñas, sacarse el esmalte, pintarse de plateado, dejarse las uñas largas y ponerse hasta 3 capas de plateado para que parezcan de acero, delinearse ojos, labios, lunares, cejas, depilarse piernas y axilas por años, depilarse el cavado cada vez más, depilarse con pincita las cejas ye se putísimo pelo que sale justo ahí, y ahí, y ahí también, comprarse anillos y collares y usarlos hasta que se pierdan, tratar de hacerse los agujeros de las orejas un par de veces y desistir cuando la inflamación de ganglios parecía paperas, pasarse casi con rabia crema anticelulitis, lijarse y limarse talones hasta dejarlos de seda una y otra vez, volver a hacer dieta, cortarse el pelo.... bueno, vivir, en definitiva, en este cuerpode mujer que me toca usar por el momento.
Pero a lo que iba (no me voy a ir  más por las ramas, lo prometo) es que esta imagen de revista femenina, este cuerpo  moldeado para el modelaje, este cuerpo que NO TENGO  es un invento.
Una mujer no es eso.
Una mujer es otra cosa
El ejemplo más claro  son .........los zapatos
No  voy a delirarme ( más) hablando de china imperial  y sus mujeres de piespequeños y vendados, pero tan lejos no andamos.
Los zapatos de tacos, y de punta finita, tan fálicos y sexys y deseadeos ellos, son la forma de sometimiento más cara y autoinflingida de los tiempos modernos.
Ya me dirán que quedan lindos, que ahora no hay que salir corriendo en caso de peligro como en la prehistoria ( que si andaban de tacos, se los morfaba un tigre dientes de sable) que una mujer con tacos tiene mucha presencia, prestancia y  demás boludeces. Pero la incomodidad, la tortura de la constricción del cuerpo en nombre de algo efímero  me saca.
Las que aman usar tacos son las travestis.
Pero una travesti no es una mujer. Es una representación de la mujer deseada. De la mujer objeto
Una vedette ...y a veces  dudo  de que lo sean. En realidad no  lo son por un rato.
En el momento del escenario y las plumas, son  objetos del deseo.
Pero una mujer no es un objeto. ( lo dice una mujer que ha tratado como objeto a  un par de hombres. Y pido perdón por eso)
Los zapatos  que oprimen el pie, lo deforman ( ¡con lo lindos que son los pies al natural!) son otros elementos de tortura y sometimiento a esa idea masculina de la delicadeza  e imagen de la mujer.
Una mujer que no puede  moverse cómoda por el mundo, o que no se apoya firmemente en él ( física y simbólicamente) es una mujer sin base.
Por eso  digo que una mujer es otra cosa.
Voy a dejar de divagar con una comparación teatrera, casi inevitable por los gajes del oficio
El teatro, como la vida, es presencia. No imagen.
Seguiremos informando sobre esto de ser mujer
PD:Puse ejemplos generalizadores, aunque soy conciente de que no siempre es así.
Otro día hablaré de  las uñas inútiles

4 comentarios

Ma Lau -

Comprendo la actitud ecléctica. Me invade cada segundo de mi vida.
Pero en los pies y las manos ( las uñas laaaargas me parecen detestables) lo mío es una cuestión ideológica

maria noel -

Acuerdo. A veces lastiman pero sobre todo no dan mucha estabilidad para usarlos a diario.
Pero siguiendo mi naturaleza eclectica : Tengo dias de zapatillas, dias descalza, dias de taco y chino y dias de humor para el taco alto y finito. Es cuestion de actitud.

Ma Lau -

Si, todo muy lindo, pero los músculos de la zona pélvica hay otras formas de ejercitarlos.Pero los pies se deforman para siempre.
No estoy en contra de los zapatos de taco. Algunos son bellos ( desde afuera) Simplemente no los uso

Naty -

No soy quien, dada la cantidad de zapatos que adornan mi efímero placard... pero http://www.ciudad.com.ar/nota.aspx?id=01669782

Que conste.