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Guonderlan

Tengo casa nueva

Ya está. Algo menos de que preocuparse.

Claro que quedan otras cosas: el trabajo que vendrá, porque este se termina a fin de mes, la forma  que toman las cosas cuando  uno  las deja a la buena de dios, lo  blancas que son las paredes y todo lo que hay que trabajar para que adquieran  sus colores característicos...

Y  estás vos, claro.

Ahí, tan lejos casi  siempre. Tan cerca por momentos.

¿Te cuento una cosa?

Ayer vino Fer a verme a la oficina. Y lo vi triste  y un poco viejo.

Es raro encontrarse con un viejo amor cuando ya no lo es, cuando ya sólo es viejo. Tan viejo como una misma.

Es raro ver que esa persona que lo fue todo ya no lo es, pero sigue siendo  mucho de un pasado y alguito de este presente tan presente.

Lo raro es no poder hablar, más por pudor que por otra cosa, de todo lo  que ha hecho el amor en  nuestras vidas en este tiempo ausente.

¿cómo le cuento que después de nosotros me enamoré muchas veces? ¿y que cada una de esas veces  me dejó una marca tan fuerte como  la suya pero sin la marca de la convivencia?

¿cómo  hago para decirle que  lo extrañé muchas veces sin que suene a una declaración de amor, sino sólo a eso..que lo extrañé?

¿cómo le cuento que los amores que lo sucedieron  tenían algo de él, pero al mismo tiempo eran únicos, como él?

No es fácil despegarse de un pasado tan fuerte. Pero se  muy bien que hemos sido mejores amigos que pareja. Eso es lo que me permite ser su amiga aún.

Sigue sin contarme de su vida  sentimental actual...sin  decirme  ni mú de su anillo de oro, sin emitir una palabra sobre su hija.... Debe tener  miedo. Aunque todavía no sé de qué.

Y en el  medio de este encuentro,  se aparece tu fantasma.

Casi como si estuvieras vivo,  veo tu sombra atrás de sus pestañas.

Y entiendo todo.

El amor está a la vuelta de la primavera y los jazmines. A la  vuelta de la esquina,  o cruzando el puente.

El amor quizás seas vos o sea tu vecino. Pero está ahí.

Escondido en la sombra de lo que fue, alertanto al mundo  de lo que será.

En mi casa nueva y demasiado blanca, vacía de cosas pero  no de mí,  pienso en tu  mirada. Me sobrevuelan tus ojos que  hace mucho que no veo.

Un día de estos nos vamos a cruzar. Justo después de  vos hayas visto mi sombra en sus pestañas.

Cuando ninguna letra de tango nos enmarque, cuando  ya no haya  ni telón ni excusas.

Justo ahi.

Cruzando el puente

3 comentarios

Anónimo -

El amor de uno, es de uno.

Cambian los ojos.
Siempre es el amor de uno.

Juannn -

Me hiciste reír con eso de la ensalada de frutas.

Es que me la dejaste picando bombón!!

Un beso grande.

Cass -

Si te dijera que en este preciso momento estoy reseñando un libro que en 150 páginas no puede decir ni la mitad de lo que vos dijiste en estos párrafos, ¿me creerías?
Nada mejor que una mujer sensible para escribirle a las personas sensibles (de cualquier sexo).

Abrazos!