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Guonderlan

Cabecita loca

No puedo.
Por más que hago todas las fuerzas posibles, es improbable que te abandone.
Sé perfectamente que no me hace bien tenerte en mi cabeza. No es sano que seas tan profundamente parte de mí, y que ni siquiera lo sepas.
Y dudo eternamente en decírtelo ( y así tener que alejarme de vos, por las razones de tu miedo) o callarme y disfrutarte la amistad, o lo que sea esto, mientras dure.
Cefalea, dijo el doctor.
Yo diagnostico tu nombre.
Me duele la mente, no el cráneo.
Y sos vos. No hay caso
La próxima vez que te vea, te pido una aspirina

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