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Guonderlan

Joder!

Noches sin dormir. Y un insistente dolor de cabeza en el lado derecho, que se ocupa que mi ojo no vea lo que se tiene que ver.
No funciona mi cáscara (léase cuerpo) como corresponde.
Aunque a veces, este pequeño terremoto que sacude mis huesos, sea algo más cercano a una nausea existencial, a la certeza fatal de que no soy lo que debo o quiero, que es peor.
No hay caso.
No me puedo sacudir los sueños de cada noche. Se me pegan a la piel Y SON INSACABLES.
Menos antes de ayer. Pero claro, pagué caro los platos.
Regalé mi sueño. O sea, me concentré en no acordarme del sueño, en regalárselo a él ( con la condición de que soñara conmigo)
Y así fue. Yo no soñé.
Pero tampoco dormí
Pensando en él, claro

1 comentario

Lula -

Pero no regales tus sueños, te digo.
Y no lo tomes literal, me digo.