Nada duele tanto como ésta realidad
Estabas triste, muy triste. Y en un edificio feo, muy gris.
Nos perdíamos por las escaleras de incendios. Y te negabas a hablar.
Entrábamos, por una puerta igual de gris, a una habitación casi victoriana: paredes rojas, tapices, alfombras, un hogar encendido. El perfecto contraste con lo que nos rodeaba.
Y ahí, contra la pared cálida de un rincón, y desde tu tristeza , me decías: te amo.
Me lo creí, te juro que me lo creí.
Te contesté que yo también, y mientras nos besábamos pra afirmarlo, me pregunté porqué estarías tan triste.
Y me di cuenta que la que estaba triste era yo, no sé si por creerme esa mentira, que hace mucho ya que no escucho, o por darme cuenta que la que me miento todo el tiempo, soy yo
Nos perdíamos por las escaleras de incendios. Y te negabas a hablar.
Entrábamos, por una puerta igual de gris, a una habitación casi victoriana: paredes rojas, tapices, alfombras, un hogar encendido. El perfecto contraste con lo que nos rodeaba.
Y ahí, contra la pared cálida de un rincón, y desde tu tristeza , me decías: te amo.
Me lo creí, te juro que me lo creí.
Te contesté que yo también, y mientras nos besábamos pra afirmarlo, me pregunté porqué estarías tan triste.
Y me di cuenta que la que estaba triste era yo, no sé si por creerme esa mentira, que hace mucho ya que no escucho, o por darme cuenta que la que me miento todo el tiempo, soy yo
3 comentarios
Ma Lau -
Olaf -
maha -