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Guonderlan

Septiembre

Alguien entra de improviso en el sueño, golpeando puertas, y nos asusta. Me desperezo, y ya te fuiste, como el bostezo de recién.
Me miro las manos, y las uñas me han crecido sin yo darme cuenta.
De golpe, el aire se transforma en vapor denso. Me cuesta respirar, pero una mano con azhares viene al rescate, y despeja lo pesado para transformarlo en un fluído suave y dócil.
Todo se aclara, y a lo lejos se oyen tambores de guerra, acercándose.
Pero no temo. Respiro hondo con los ojos cerrados, y visualizo una pradera, o un camino. O quizás una calle empedrada y florida.
Me pongo en la posición del comienzo , digo xie xie, y espero

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