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Guonderlan

Aprendo lenguas extrañas, pero no entiendo nada

 

Hace siete noches que no puedo dormir. Siete días que no puedo dejar de mirarte

Siete veces siete años que no puedo estar del todo bien.

Todo me contiene, me envuelve, sobre todo tu diente salido de órbita, la cicatriz de tu pierna izquierda, las pocas canas de tu barba de días...

Comunión sin posibilidades.

Pero elegiste un perfume para mi.

Y el otro dejó una rosa en mi almohada, antes de subir a la cama de arriba a dormir.

El gran problema, creo, fue tu ausencia de olores. Que no es tal, sin embargo. Lo escondés, atrás de tanta agua, para no tener que mostarte tanto tampoco.

Miedo de oler

Miedo de ser, en mi caso...

Así no nos vamos a encontrar nunca en ese camino.

Lo bueno de todo esto es que nos encontramos en otro camino, con olas y sal. Y frío de noche.

Extasis en el aire.

Amor infinito hacia las cosas que nos rodeaban en esos lares.

Debo cuestionarte algo:al mirar de frente, perturbás mis certezas.Eso no vale. Lastimar sin tener curitas a mano no es muy amable de tu parte. Quizás sea esa tu forma de decir otras cosas, pero ese idioma quizás no lo conozco.

Tendré que aprenderlo.

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