En honor a Chuck
Drogas en los circuitos.
Circulan y modifican
Como hilos de marionetas no dejan que el cuerpo caiga
Falsa sustentación de la tristeza
Despojos de carne, telas y huesos. Eso es el cuerpo
Eso y la tristeza.
Que no sube a la superficie. Se queda anclada en el fondo para no matar
Si estuviera en la piel destruiría todo. Lo propio y lo ajeno
La tentación es el cuchillo que investiga bajo las telas y la carne el lugar exacto en el que están los huesos
No vivir en planta baja hace que asomarse al vacío de la ventana sea simple
Pero ahí están las drogas. Para no tentarse con lo simple.
Igaul tampoco sirven.
La solución fácil nunca sirve
La única respuesta es el dolor
Cada gota de dolor lacera el cuerpo para gritar la vida.
El dolor de adentro
No el dolor simple del cuchillo en la piel, la trompada en la pared o el portazo en el dedo.
El que nace del fondo mismo de cada célula cuando uno se da cuenta que está solo.
El dolor es el mejor cicatrizante.
Como la lluvia lava y cura.
Sentirlo todo
No anestesiarse con falsas esperanzas, inutiles optimismos y cotidiana ingenuidad.
Que duela
Que lastime
Que ya no alcancen las lágrimas vivas o muertas en los ojos
Que el sudor se añeje en los pliegues
Que el temblor ya no tiemble.
Gritar sin ruido para oirse adentro
Y después dormir casi sin soñar.
Y al otro día, casi no duele
Casi
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