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Guonderlan

Il morto qui parla

Era LA FILMACIÓN de LA PELÍCULA.
Tenía que llegar, como sea. Pero yo estaba lejos, en el campo, cerca del espacio exterior.
Y el rodaje era en Getafe, o algún lugar parecido.
Más allá de las vacas inflables nuertas al costado del camino, y de la lluvia intermitente, yo tenía esperanzas de llegar. Una amiga holandesa me daba animos.
Le robo los cosméticos a mi tía, para pintarme y disimular la terrible hinchazón de la boca, que de tan deforme, me hace fea.
Pero corro, y llego.
Me acompaña mi abuelita, de sombrero y sobretodo. Nos metemos entre la gente, y leyendo los carteles me entero que el casting para hadas ya terminó, y lo lamento.
Pero ya adentro del circo, cerca de los galpones en donde se va a filmar, mi abuelita se acerca a un mostrador, y le grita algo en italiano a un viejito arrugado, con cara de mandamás, y que lleva un saco morado y bordó de solapas raídas.
El señor se acerca, y yo trato de explicarle que quiero trabajar en su película, pero él sólo entiende italiano. Señalo a mi abuela y le digo que es mi nonna, y él, fastidiado, dice algo así como "¿quiero yo acaso una versión pequeña de ésta señora?". Me sale decirle cosas en castellano, y un tío abuelo se abre paso entre la multitud y le explica al director que yo "parlo en Jocaigna" , entonces él pone su mejor cara de impaciencia, y se digna aescuchar mis palabras.

Suena el timbre de casa y me despierto.

De haber podido, le hubiera dicho:(con la alegría más grande, porque pensaba que estaba muerto) ,.Federico yo quiero trabajar en tus películas porque son mías también, y porque quiero que la imagen que tenés en la cabeza sea la imagen de todos.
No me va a quedar otra que filmar lo mío

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