Ciudad cruzada
El finde fui a La Plata, uno de los suburbios de Guonderlan (Guonderlan tiene cachitos de Quilmes, Vicente López, La Plata, mucho de 9 de Julio, algo de Mar del Plata, bastante de Buenos Aires y un chiquitín de muchos lugares más. Es un barrio grande) Y me encontre con mis Paralelos,m is chicos teatreros, mis amores , y también con un par de desamores viejos, para que negarlo.
Me maravillé viendolos ensayar El Pupilo y el tutor, de Peter Handke. Son unas bestias de teatro, y yo me quedé un poco atrás. Pero lo tomé como un desafío, y ya estoy en carrera ( que alcaucil! si ella no es la mejor alumna, no se soporta!)
Lo vi de casualité a Gus, alias el tanguero, alias revolucionador de hormonas e ideas,alias el enquilombador mental del barrio del Mondongo. Pero no surtió el efecto que hacía antes. Y lo único fuerte que me generó es la duda de porqué se mantiene exteriormente tan joven, el muy guacho.
Me quedé a dormir en lo de Jose, que es como la casa de unos tíos piolas, con canarios y zapatos que se cosen de música de fondo.
Me encontré, también, con sus viejos compañeros de la facultad de Naturales, botánicos, paleontólogos antropólogos y demás que, mezclados con el heavy metal y el excesivo cuidado capilar, hacen una mezcla explosivamente sexy.( ay ay ay Fernando.....)
Y a pesar de la tentación loca de volver (más que nada después de que la guacha de la Peti me preguntó cuando volvía a vivir ahí y mi cabeza empezó a las vueltas) me volví contenta al pueblucho lagunero, sabiendo que estoy en camino, pero por otra ruta. Creyendo, también, que voy a volver, claro. Pero no es el momento.
Volví a casa teniendo la certeza de que la adolescencia total ya fue. Quedan restos, obviamente. Y no sé si desaparecerán, pero no son lo más importante.
1 comentario
Niña criolla -
es loco volver a un lugar que fue de tanta pertenencia tiempo atrás y sentirse bicho raro: te entiendo!