Escena 5
Nos cruzamos de casualidad. Yo no sabía que él andaba por acá.
Nos encontramos en una vorágine.
Y en el medio de la tempestad, frenó los vientos, me miró a los ojos y me besó suavemente en la cara, en los labios.
Y ese solo gesto bastó para que se sacudieran los cimeientos de la Mansión entera.
Se fue con el sol, besándome en la mano, llenandome de sonrisas la cara y el cuerpo.
lo veré de nuevo?
0 comentarios