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Guonderlan

Deseo

Volviendo al pueblo, por las rutas argentinas, de noche y feliz, miré el cielo.
Las estrellas eran un mar de ojos. Y todo lo negro era tan grande como el deseo...
Y de repente, una estrella fugaz. Justo en el momento que besaba el vidrio de la ventana.
No pude más que pensar en tu nombre, en tu suavidad y en la sombra que tus pestañas le dan a tu sonrisa.
Pero por sobre todo, en mi ignorancia total de vos.
Bueno, no te conozco mucho, pero por lo visto, ya formás parte de mis anhelos.
Eso es un problema. Pero la estrella que caía ya me lo va a solucionar.
Vos dejate llevar si ella te guía hasta mí.

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