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Guonderlan

Oniria, tierra de sueños

Dirección de fotografía

Otra vez la mula al trigo! Y yo, que estaba tan tranquila, sin vos en mí!
Y anoche, me agarraste de las solapas y me revolcaste por los molinos ingleses y el mismísimo Támesis.
Estabas hermoso, brillante. Yo te besaba tanto...
Tenías una cámara de fotos, y te encargabas de iluminarlo todo.
Incluso a mí

Ya me desperté. Te voy a llamar.
Se que no es tan bueno como soñarte ( la realidad es cruel conmigo, aveces)
Pero quiero que me ilumines

Nada duele tanto como ésta realidad

Estabas triste, muy triste. Y en un edificio feo, muy gris.
Nos perdíamos por las escaleras de incendios. Y te negabas a hablar.
Entrábamos, por una puerta igual de gris, a una habitación casi victoriana: paredes rojas, tapices, alfombras, un hogar encendido. El perfecto contraste con lo que nos rodeaba.
Y ahí, contra la pared cálida de un rincón, y desde tu tristeza , me decías: te amo.
Me lo creí, te juro que me lo creí.
Te contesté que yo también, y mientras nos besábamos pra afirmarlo, me pregunté porqué estarías tan triste.
Y me di cuenta que la que estaba triste era yo, no sé si por creerme esa mentira, que hace mucho ya que no escucho, o por darme cuenta que la que me miento todo el tiempo, soy yo

Cada día que pasa, estoy peor

Era amiga de Natalia Oreiro. Y vivía en casa de Los Simpson!
Tengo que consultar o un psicólogo, o una bruja

Casa Grande

Mi casa se transforma. Se convierte en todas las casas en las que alguna vez viví.
Pero no me pierdo, sino que sé exactamente cuando, al doblar por un pasillo, estoy en la casa de 66, o en San Telmo, o cuando una puerta me deja exactamente en el borde del patio del 9.
Tengo en la boca como un sabor de sal húmeda, que no me deja pensar en otra cosa. Y esa otra cosa son los rulos de tu cabeza, que se esfuman detrás de un marco de puerta blanca, como la del living de la casa de mi abuela, la de Quilmes.
Los persigo,pero ya no es la cocina esa, sino que es la habitación esa en que nos encontramos esa noche, no con vos, pero sí con otro que bien podrías haber sido vos, aunque no tenía tu perfume.
Me distraigo tratando de escapar de una mariposa atroz que se viene encima mío, y al doblar por esa esquina, me choco con vos, que me decís:no estás cansada de todo esto?
No me dejás ni contestarte, y me besás.
Cuando abro los ojos, estoy cerca de las vías. Y tu tren se va.
Pero no importa.
Me gusta el sabor de tu saliva y el olor del tren.

Joder!

Noches sin dormir. Y un insistente dolor de cabeza en el lado derecho, que se ocupa que mi ojo no vea lo que se tiene que ver.
No funciona mi cáscara (léase cuerpo) como corresponde.
Aunque a veces, este pequeño terremoto que sacude mis huesos, sea algo más cercano a una nausea existencial, a la certeza fatal de que no soy lo que debo o quiero, que es peor.
No hay caso.
No me puedo sacudir los sueños de cada noche. Se me pegan a la piel Y SON INSACABLES.
Menos antes de ayer. Pero claro, pagué caro los platos.
Regalé mi sueño. O sea, me concentré en no acordarme del sueño, en regalárselo a él ( con la condición de que soñara conmigo)
Y así fue. Yo no soñé.
Pero tampoco dormí
Pensando en él, claro

Después del baño

Te decía que si no te bañabas, nadie iba a querer hacer el amor con vos. Me preguntabas cómo podía yo saberlo.
Yo te daba mis garantías.
Entonces, ibas al baño, y volvías rápido, apenas húmedo y con el pelo seco. Y seguías oliendo mal.
Entonces, enojada, te mandaba de vuelta a bañarte, con la misma excusa. Y vos me contestabas que no tenías ninguna certeza de que así fuera.
Y, para refutarte tu cabezadurismo, te decía que si te bañabas, yo misma iba a hacer el amor con vos.
Entonces volvías, no sólo limpio y perfumado, sino que con un smoking (descalzo, eso sí)
Y nos íbamos a la habitación y me empezabas a sacar la ropa, y yo a vos.
Y dulcemente lamía tus pies.
Y de golpe, me dí cuenta, que estaba soñando.
Pero no me desperté. Lo peor fue eso.
Seguí en esa habitación, pero sola. Vos te desvaneciste.
Y yo tan desnuda y sin tus pies

No hagan olas

Otra noche en tu compañía. Noches enteras en que no te despegás de mí. Y no lo sabés.
Esto de que aparezca nueva gente en tus sueños, y que lo trates de explicar, no es simple.
Anoche, en realidad, no apareciste. En tu lugar, o en el lugar de tantos otros, apareció el hombre del pasado. Y olas gigantes.
Ayer le contaba a mis amigas nuevas que mis temores viejos, durante el viaje por Oniria, son las olas gigantes en un mar embrabecido, cruel.
Y anoche, casi casi por sólo conjurarlas, aparecieron.
Hacía mucho que no las veía. Y las pude manejar mejor.
Eran de color verdoso, como aceituna. Y olían exactamente a aceitunas. Era un gigante mar de salmuera, que atravesaba la porosidad de ventanales vidriados, y no los rompía.
Y yo casi no temía.
Pero, lo desconcertante, era el sabor a lágrimas que te dejaba la ola cuando se iba

Cetáceos

Ballenas. Muchas ballenas chapoteando en el campo inundado.
Es de noche y brilla la luna. Un submarino queda varado en el barro, y las ballenas lo rodean.
Yo veo esto desde una camioneta que cruza el agua a gran velocidad. Me parece que está bien que las ballenas ayuden al submarino. Cuando nos alejamos, noto que no son ballenas comunes, sino orcas.
Nada puedo hacer
Nos alejamos.

Inconciente

Estoy Ben(mal)dita. Nunca me olvido de lo que sueño.
¡ Y cómo me gustaría olvidarme que anoche podíamos hablar! Y aunque gritábamos y puteábamos, lo hacíamos porque sabíamos que el otro existía, que era algo más que recuerdo, que era tangible y puteable.
Anoche se me llenaba el teatro de dibujos animados, y el hecho social que te envolvía aparecía en la parte de historietas de los diarios.
Anoche me perdía en los patios de mis vecinos, y me volvía a encontrar entre tus fantasmas.
Se bien que el rechazo de lo antes amado es sólo miedo de volver a amar.
Por eso, con este gesto, me exorciso de tu dolor y de mi lejanía de vos. De nuestro espanto.

Un dentista de turno?

Otra vez sueño que se me caen los dientes.
Otra vez el águila gigante en el cielo(¿la famosa "águila guerrera" de la canción patria?)
Otra vez el viejo club del barrio, abandonado y con mosquitos, muchos mosquitos.
Otra vez muchas cosas.
Los sueños recurrentes no se si son problemáticos, predecibles, aburridos o peligrosos.
Por las dudas, me lavo mejor los dientes ahora.

Prohibido antes del desayuno

Crecí en la estúpida creencia que no hay que contar lo que soñaste antes de desayuno, si es una cosa mala u oscura, porque se te cumple.
Y ayer soñé algo hermoso, perfecto, mágico, deseado! Y no lo conté. Y desayuné
Por ahí, si lo publico en le blog, se cumpla.
Ahí va: Besaba, rebesaba y volvía a besar a MR. Voz.
( que se cumpla, que se cumpla, que se cumpla!)

Un psicoanalista a la derecha

Hace rato que vengo soñando mucho con un amigo que vive lejos.
Anoche se me presentó en casa. O sea, soñé que venía a mi casa.
Mejor dicho, a la casa de mi mamá.
Entre otras cosas que tenía el sueño, como la aparición y consejos de mi abuelita que ya murió, y la sorpresa y susto de encontrar, de golpe, en el baño al que me dirigía a hacer mis ... cosas, a la madre de una amiga, que no veo hace mucho, llegaban muchos amigos y amigas de mi mamá. Y lo más loco era que todos se quedaban a dormir en casa.
Mi mamá le daba su cama a una pareja amiga, y yo le “cedía” ( bajo protesta) la mía, para que duerma ella y mucha gente más, que no terminaba de conocer.
A mí y a mi amigo nos quedaban un par de colchonetas horribles, una bolsa de dormir, almohadones con olor a humedad, y un par de mantas que yo encontraba en el quilombo de mi placard.
Nos íbamos al living, y ahí, en el piso, armábamos nuestro campamento grotesco. Yo tenía mucho sueño, pero él insistía en hablar de cosas que no recuerdo, pero me daban pudor. Por eso le daba la espalda, y me limitaba a escucharlo.
Ni le pregunté que hacía de vuelta por acá, ni siquiera le respondí lo que me decía. Me di vuelta en la “cama” y le di un largo y profundo beso. Así se callaba de una vez por todas y me dejaba dormir.
Y soñar

Hacerse la película, primera parte

Un sueño soñaba anoche....
Soñé con un hombre grande que venía a Guonderlan a hacer una película, sin plata, pero con ganas.
Yo estaba por todas partes: en producción, de espectadora del rodaje y del film terminado. ..Incluso actuaba.

Y, a pesar del entusiasmo, y de la historia ( que era apasionante, pero no me la acuerdo), me desperté angustiada.
No la entendí